Desde la aparición de la palabra «tercio» en la Ordenanza de Génova de 1536, y durante el período que duró la hegemonía militar de España en campañas por todo el mundo, los valores que representaban los ejércitos del Rey infundían respeto y admiración allá por donde marchaban.
Puede que fuera la sensación de superioridad que transmitía formar parte de un Tercio Viejo, como el de Nápoles, o el ánimo de buscar aventuras, hacerse un nombre y ganar reputación, o la necesidad de comer. Lo que motivaba a los jóvenes, como Miguel de Cervantes, a alistarse.
Los tercios podían estar formados por hasta doce compañías al mando de sus respectivos capitanes.

Pero, ¿cómo se formaba una compañía?
Soldados veteranos, que consideraran haber reunido suficientes méritos durante su vida militar, se presentaban a un concurso anunciado por el Rey para el nombramiento de capitanes.
El aspirante debía presentar en el Consejo de Guerra sus referencias para ser examinadas minuciosamente. Una serie de certificados firmados por sus capitanes, que avalaban su presentación (instancia). Esto último es muy importante, pues de ello dependía que el mando de una compañía recayera sobre un buen capitán.
Después de esto el aspirante era entrevistado y, si recibía la aprobación del Consejo, su solicitud se enviaba como recomendación al Rey. Pues solo el Rey tenía potestad para nombrar a los futuros capitanes de los tercios, mediante las patentes.
El recién nombrado capitán recibía, a parte de la asignación de sueldo correspondiente a su cargo, una conducta. Se trata de una orden por escrito, para formar (o levantar) una compañía en algún territorio de los que formaban el reino. Además de una «subvención» para cubrir los gastos de reclutamiento, tales como proporcionar armamento y vestiduras a los hombres que se incorporen a la compañía. Los costes de mantenimiento y la primera paga, también llamada prima de enganche.
Cada compañía debe tener su propia bandera, por lo que recae en el capitán la tarea de diseñar una bandera, a su elección. Pero respetando la estructura de un patrón establecido. Compuesto por los siguientes elementos, entre otros:
- Las aspas de la Cruz de San Andrés deben quedar dispuestas de forma que la crucen de una esquina a otra.
- El color rojo era el color identificativo de los ejércitos de España, por lo tanto, era requisito indispensable.
Esto se conoce como «Alzar bandera».
*Foto de portada por Sascha Lunyakov
