Por Guadalupe Luna Fernández

Los Antecedentes.

El Gran Duque de Alba, había abandonado los Paises bajos, siendo sustituido como Gobernador por D. Luis de Requesens. A la muerte de este, Felipe II nombra como Gobernador de los Paises Bajos a su hermanastro D. Juan de Austria. D. Juan se retrasó en tomar posesión de su puesto, produciéndose entre la muerte de Luis de Requesens y la llegada de D. Juan un periodo de desgobierno que fue utilizado por Guillermo de Orange y sus partidarios, para afianzar sus posiciones.

D. Juan partió para los países bajos a mediados de Octubre de 1576. Llegando a Luxemburgo, único territorio fiel a la corona española, el 3 de Noviembre de 1576.

La situación a la llegada de D. Juan, era muy precaria, todos los Países Bajos estaban levantados contra las tropas realistas. Las tropas del rey estaban amotinadas por falta de pagas, siendo imprevisibles sus reacciones. También se había proclamado un edicto de proscripción general contra las tropas españolas.

En una carta a su amigo Rodrigo de Mendoza escribiría “Llegué a este lugar el 3 de este mes y encontré las peores noticias posibles, pues solamente esta donde estoy (Luxemburgo) y Frisia a cargo de Robles, puede decirse que no están en rebelión. El resto están coaligados z alzando tropas z buscando ayuda exterior contra los españoles y haciendo y derogando leyes a su propia manera, haciendo todas estas cosas en nombre y parte del rey cuyo nombre es usado para admitir a Orange dentro de Bruselas..”.

Tras notificar al Consejo de Bruselas, su llegada, estos le pidieron que acatase la pacificación de Gante. Las negociaciones fueron terribles para D. Juan pero finalmente el 17 de Febrero de 1577 firmaban el Edicto Perpetuo. Este Edicto constaba de 17 artículos, y se atenía a las instrucciones de Felipe II que había determinado como únicos límites, el reconocimiento de la autoridad real y de la religión católica. Este Edicto también suponía la salida de los tercios de los Paises Bajos. Las tropas abandonaron el territorio que tanta sangre había costado mantener y la ciudad de Amberes fue entregada el 20 de marzo de 1577. Tras estos acontecimientos D. Juan hizo su entrada solemne en Bruselas el 1 de mayo de 1577.

Don Juan de Austria

Sin embargo poco duró la paz. Guillermo de Orange consolidó su posición en Holanda y Zelanda, territorios que por sus características del terreno, prácticamente no se volverían a reconquistar. Además el príncipe de Orange y sus partidarios empezaron a difundir calumnias sobre D. Juan, incluso conspiraron para asesinarle.Con la excusa de licenciar tropas, D. Juan abandonó Bruselas y se dirigió a Namur. En un golpe de mano D. Juan y sus fieles tomaron el castillo. Desde allí el 15 de Agosto de 1577 pidió el regreso de los Tercios y solicitó la ayuda de su sobrino Alejandro Farnesio, el cual se había quedado viudo, su mujer María de Portugal había fallecido el 8 de Julio de 1577.

El rey Felipe II autorizó el regreso de las tropas  así como  la marcha de su sobrino Alejandro Farnesio a Flandes. El 17 de Diciembre de 1577 llegaba a Luxemburgo donde se reunió con D. Juan.  La llegada de Alejandro Farnesio fue un gran revulsivo para las tropas y un apoyo decisivo para D. Juan, pues como relata Van der Essen, tío y sobrino protagonizaron un emocionante encuentro.  Farnesio pensaba que el único camino posible era dotarse de todas las fuerzas militares posibles a fin de acabar con el Ejército de los Estados a quienes calificaba de rebeldes contra Dios y su legítimo soberano. 

La toma de la fortaleza de Namur fue considerada por los Estado Generales como una declaración de Guerra. Los Estados Generales estaban divididos entre los partidarios de Orange y

La nobleza católica. El 7 de Diciembre de 1577, destituyeron a D. Juan como Gobernador y nombraron  al  archiduque Matias (sobrino de Felipe II)  y a Guillermo de Orange como su lugarteniente. Realmente era el títere del Príncipe de Orange. El 18 de Enero de 1578 entraban en Bruselas donde juraban sus cargos en nombre de Felipe II. En Madrid el rey rechazó esta maniobra, disponiéndose a pasar a la ofensiva contra los rebeldes.

Solo las provincias de Namur y Luxemburgo eran leales al rey y le obedecían.

El Ejercito Real

El ejército real de los Países Bajos, o ejercito de Flandes , se había consolidado en 1567 con la llegada del Gran Duque de Alba como Gobernador con el objetivo de sofocar la rebelión iconoclasta que tanto escándalo supuso. Durante su mandato (1567 a 1573), el Gran Duque tuvo que hacer frente a dos revueltas mas, una primera en 1568 y otra posterior de 1572, en la que Guillermo de Orange se consolidó en Holanda y Zelanda, territorio muy difícil de atacar por las características del terreno, el cual ya prácticamente no se recuperaría.

En estos años, el ejército era plurinacional y la infantería era el grueso del mismo. La caballería constituía un diez por ciento aprox de las fuerzas, es decir por cada diez infantes un soldado de caballería.

Los infantes además de por españoles que llegaban a través del Camino Español, estaba compuesto principalmente por neerlandeses que eran llamados valones. Estos procedían de las provincias de Artois, Hainaut Namur, Ourtre Meuse, Lille, Orhies, Tournai, Douais y las zonas de lengua francesa del condado de Brabante. Por Borgoñones procedentes del Franco Condado, patrimonio real. Alemanes de la alta Alemania (Alemania propiamente) y la baja Alemania (neerlandeses que vivían en zona de frontera con Alemania), completando las fuerzas con jinetes italianos y albaneses.

La marcha de las tropas españolas en 1577 , tras la firma de la pacificación de Gante y la posterior proclamación del edicto perpetuo, y la posterior llamada a las mismas de D. Juan, el ejército realista  según el propio Príncipe de Parma estaría formado por unos  20.000 infantes – solamente 4000 aprox eran españoles, y unos 2000 jinetes. La calidad de las tropas era muy alta, y los mandos del ejército real los formaban profesionales con una larga experiencia en el conflicto de los Países bajos. Cristobal de Mondragón, Francisco Verdugo, Gaspar de Robles, Gabriel Niño que tomo el relevo de Julian Romero tristemente fallecido hacia poco en Cremona, el Señor de Hierges, El conde de Mandsfeld siempre se mantuvo fiel al rey Felipe II, el Barón de Chevraux y el señor de Moissey. Al mando de la caballería Octavio Gonzaga rodeado de capitanes de la altura de Bernardino de Mendoza, Hernando de Toledo, Alonso de Vargas, Juan Batista del Monte, Nicolo Basta, Curzio Martinengo y Aurelio Palermo. 

El Ejercito de los Estados Generales

Las tropas de infantería que habían formado los Estados Generales, estaban compuestas por banderas neerlandesas, alemanas veteranas también, muchas se habían pasado del bando realista al bando rebelde, compañias francesas y escocesas procedentes del ejército de G. de Orange. La caballería la componían alrededor de dos mil jinetes incluidos arcabuceros a caballo y reitres alemanes que habían combatido antes en el ejército real o en el de Gillermo de Orange. Según G. Parker, hacia 1578 el total de las fuerzas con que contarían los Estados Generales serían unos cincuenta mil efectivos. Por lo que se refiere a la batalla de Gembloux, las cifras oscilan. Carlos J. Carnicer se inclina por seguir a del Rio quien fue testigo cercano de los hechos, siendo estos unos doce mil infantes y entre mil y dos mil jinetes. En todo caso un ejército menos numeroso que el de D. Juan.

Los altos mandos del ejército de los Estados Generales estaba formado por Maximilien de Henin Lietard – Conde de Bossu, Philippe de Lalaing – Conde de lalaing, Robert de Melun, Valentin de Pardieu señor de la Motte. Sin embargo en el momento de la batalla Bossu, Lalaing y Melun, se encontraban en Bruselas. El mando recayó sobre el veterano Antoine de Goignies. Junto a él Guillermo de Hornes, Emmanuelle de Lalaign, Frederic Perrenot, El conde de Egmont (hijo de Lamoral Egmont ejecutado por el Gran Alba), Guillaume de la Marck (antiguo líder de los mendigos del Mar) y el Coronel Balfour.

El lugar

Gembloux.

Grabado de la batalla de Gembloux.
La villa de Gembloux, aparece arriba a la derecha con la letra C.

D. Juan se encontraba en Namur con su ejército.  A finales de Enero el ejército de los Estados Generales se encontraba acampado entre los pueblos de Emines y Saint Martin (entre Namur y Gembloux).  Antoine de Goignies en vez de atacar Namur, decidió el repliegue el ejército hacia la ciudad amurallada de Gembloux donde podía defenderse y esperar  nuevos refuerzos  y de esta manera cortar el avance de D. Juan hacia Bruselas. Lo hizo de manera ostensible quemando sus barracones y de esta manera avisando a los realistas de su posición. Gembloux es un localidad situada a unos 20 kilómetros de Namur y unos 50 de Bruselas. El Señor de Vendregies, Antoine de Goignies era un General Veterano. Había servido a Carlos V en S. Quintín. Sin embargo se había pasado al ejército de los Estados con la rebelión del 1576.

La Batalla

D. Juan era consciente de que solo tenia el ejercito que había logrado reunir, esta es la razón su cautela de D. Juan en todo momento en el desarrollo de la batalla.

Tras convocar un consejo de guerra formado por su sobrino Alejandro Farnesio, El conde Mandsfeld, Otavio Gonzaga, Gaspar de Robles, Juan Bautista de Tassis, Gabriel Niño (maestre de Campo) envió al capitán Sancho Beltran a reconocer el terreno que capturó un lugareño que les informó de las intenciones realistas de tomar Namur.

Alejandro Farnesio  propuso ir a encontrar a las tropas rebeldes.

Alejandro Farnesio

D. Juan envió otra misión de reconocimiento, esta vez fue al Capitán Hernando de Acosta, quien se disfrazó de reitre alemán internándose en le campamento enemigo. Tomó prisionero a un muchacho que respondía al nombre de Pierres. Este Pierres explicó a D. Juan que los rebeldes habían salidos de Bruselas con intención de tomar Namur, pero que se habían arrepentido, y pensaban retirarse por miedo a los españoles.

Un último reconocimiento del Capitan Hernando de Acosta confirmó a D. Juan que el enemigo había empezado a desalojar el campamento. Con esta información D. Juan decidió salir al encuentro del ejército de los Estados Generales.

El día 31 de Enero de 1578 el ejército de los Estados comenzó a replegarse hacia Gembloux. La disposición según Bentivoglio “Dividieron en tres cuerpos su infantería y después de la retaguardia pusieron toda la caballería, para asegurar mejor las espaldas”.

Por su lado D. Juan a las siete de la mañana se reunió con su ejército que estaba en escuadrón esperando. D. Juan entró en los escuadrones y sombrero en mano, fue dando los buenos días a todos.

Dibujo de la batalla de Gembloux

Les arengó y les dijo que como era aquel el día elegido para medir picas con los enemigos de la Iglesia, el pedía y rogaba que obedeciesen y guardasen las ordenes, sin dejar sus puestos ni desmandarse. No ordenó otra cosa. Y el mismo haciendo oficio de sargento ordenó las tropas.

El camino por el que se retiran los rebeldes era un valle de varias anchuras y un arroyo. En la parte más ancha había llanura o pradera. En otros tramos subidas suaves algunas con bosques.

Envió por delante la caballería de Octavio Gonzaga ordenando el avance de la infantería. La caballería entró en contacto con la retaguardia del ejército de los Estados en una zona de llanura adecuada para el ataque obligando a varias compañías a deternerse, escuadronear y hacerles frente. Para acceder a esta parte llana era necesario ascender por unas cuestas que dificultaban la llegada de la infantería.  Establecido el contacto envió D. Juan mas infantería con Mondragón ordenando a Gonzaga que se limitaran a hostigar.

El ejercito de los Estados no parecía muy resolutivo, no había defendido las cuestas y el acceso a la parte llana, ni había tomado posiciones en el bosque. Según el conde de Clonard “En el momento en que se encarnizó mas la refriega con Perroto , el ejército flamenco marchaba por un camino estrecho y ondulado , ceñido á la derecha por una pendiente bastante abrupta . Gracias a este accidente del terreno , se creia á cubierto de cualquier nuevo ataque , y olvidaba cubrirse por aquel costado . Esta imprevisión dió la victoria a los españoles.” La cautela de D. Juan no se entendia. El Principe de Parma se percató de esa debilidad del enemigo y en un acto decisivo con un caballo que le cedió Camilo del Monte se lanzó como un rayo al grito de “Santiago” sobre el ejercito enemigo seguido por los capitanes Muzio Pagano, Aurelio Parlemo y el Baron de Billy y sus tropas. Las tropas de los Estados ante este furioso ataque se desorganizaron produciéndose un efecto de pánico. Al ataque se unieron Gonzaga y la infantería d Chevraux. La caballería de los Estados buscó la huida a través de las filas de su propia infantería. Los jinetes arrollaron a su propia infantería. Aunque Goignies intentó contener a sus hombres la inercia del desastre llevó al sálvese quien pueda.

Alejandro Farnesio preparándose para dirigir la carga de la caballería durante la batalla.

Por su parte la infantería se aplicó a fondo sobre los regimientos desordenados.

Solo la vanguardia de las tropas de los Estados consiguió llegar a Gembloux, villa bien aprovisionada de suministros, sin embargo ante los primeros movimientos ofensivos de D. Juan se rindieron.

El balance de la batalla es un baile de números, Bentivoglio comenta que los muertos llegaron a tres mil, El propio D. Juan los estimó en seis mil, algunos historiadores hablan de diez mil. Se ganó todo el bagaje y el propio Goignies fue hecho prisionero. En cualquier caso, esta batalla fue una derrota absoluta de los Estados rebeldes comparable a Jemmingen o Mook.

La reconquista de los Paises Bajos estaba en marcha.

Bibliografía:

Geofrey Parker. El Ejercito de Flandes y el Camino Español. Alianza 1991

Juan F. Gímenez Martín.Tercios de Flandes. Ed. Falcata 1991

Luis de Carlos. Alexandre. Ed. Planeta. 2018.

Guerreros y Batallas. La Batalla de Gembloux 1578. La ultima victoria de héroe de Lepanto. Carlos J. Carnicer. Almera 2015.

Documentos Inéditos para la Historia de España. Tomo LXXII 

Primera y Segunda década de la guerra de Flandes -Famiano Strada. Se puede descargar aquí: https://archive.org/details/primerasegundade02stra/page/420/mode/2up

Conde de Clonard. Historia orgánica de las armas de Infanteria y Caballería. Tomo IV.  Se puede descargar aquí: https://books.google.es/books?id=TSVDAAAAcAAJ&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false

Cardenal Bentivoglio. Las guerras de Flandes. Se puede descargar aquí: https://books.google.es/books?id=R0hDAAAAcAAJ&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false

Cabrera de Cordoba. Felipe II Rey de España. Se puede descargar aquí: https://books.google.es/books?id=9uABH7lcvXoC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false

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