La ropa siempre ha interesado, la moda, llevar cosas nuevas, diferentes, que nos diferencien, que se salgan de lo normal de lo corriente y si es posible que marquen tendencia, como los actuales “influencers”, para quien se deje claro.
Mirando un poco atrás a nuestros soldados, la ropa que llevaba no era exclusiva de la profesión militar, no existía la uniformidad, su gran concepto de si mismo, les llevaba buscar diferenciarse utilizando elementos vistosos, llamativos y coloridos. Hay que tener en cuenta que la ropa era un bien caro, que se cuidaba, se cambiaba, se remendaba, se heredaba. Los soldados viajaban y eso les abría un mundo.
La vistosidad en el vestir del soldado se debía a que se creía que daba ánimo y valor necesario para entrar en combate. Era una forma también de atraer hombres a la milicia, de reclutar. Ir engalanado era también útil para enamorar y seducir. La vida era peligrosa y corta para que dejar para mañana lo que puedas lucir hoy.
Y aquí en el ámbito militar, por necesidad, utilidad, por sentido práctico, los soldados además de la ropa (camisa y jubón) para defenderse de las armas blancas, vestían una cuera/coleto de cuero sin mangas. Esta prenda claramente gustó y pasó al ámbito civil aquí nuestros soldados marcando moda y estilo, claro está hecho con tejidos algunos como seda, terciopelo … otra cosa. No fue la única ejemplo (greguescos, valonas, valones – Carmen Vernis) pero si la prenda más genuinamente militar, por ejemplo Lope de Vega, en su obras, cuando quiere describir un soldado lo viste con cuera o coleto.
Ya lo decia Cervantes en el Ingenioso hidalgo D. Quijote 2 parte cap. XXIV.“No hay otra cosa en la tierra mas honrada ni de mayor provecho que servir a Dios, primeramente y luego a su rey y señor natural, especialmente en el ejercicio de las armas, por las cuales se alcanzan si no mas riquezas a lo menos mas honra que por letras como yo tengo dicho muchas veces”.
Abajo nuestro Rey y señor Felipe II con coleto de terciopelo negro, acuchillado . ¿Eran o no influencers?
Foto: Felipe II. Tomas Moro (1549-1550) Museo de Bellas Artes de Bilbao.
