Es el 29 de Enero de 2021. Las armaduras han quedado guardadas por un tiempo, deseosas de ser de nuevo vestidas, nosotros queriendo volverlas a vestir. El domingo se acerca, día sagrado, tanto por lo litúrgico como por lo espiritual. Éste año es el 31, fecha clave para nosotros, fecha ilustre para todos.
Dejado atrás el Instituto, hoy es otra casa la que nos ha de recibir. Allá donde vamos, allá donde se abren las puertas a nuestro paso, somos bien acogidos, obteniendo refugio entre camaradas, amigos y hermanos. Juntos formamos el cuadro, juntos combatimos contra la ignorancia y el desconocimiento, contra la vulgaridad y la loa sin fundamento. Buscamos traer los recueros de antaño, no desvirtuarlos ni engrandecerlos de forma insulsa. No, buscamos los hechos, lo que más se aproxime a la realidad, a los textos escritos que nos dejaron por todos los que vivieron esas crónicas, esos sucesos.
Librería Tercios Viejos, lugar de peregrinaje obligado ya no a cualquier amante de nuestro ejército, sino de todo aquél que quiera dar un paseo por el inexorable río que es el tiempo, tiempo que ha pasado, que nos prepara para el que ha de venir.

Nuestras intenciones son claras, darnos a conocer a un mundo que cada vez más sabe de nuestra existencia. No de nuestro devoto particular, sino de la enseña que llevamos por bandera como ya se hiciera tantos siglos atrás.
Los saludos, las miradas cómplices, los apretones de mano distantes, los rostros cubiertos, convenio social, antesala todo ello de la retransmisión en directo de nuestras palabras al mundo. Javier de nuevo a los mandos, dispuesto a realizar un trabajo a la altura, como no sabe hacer de otra manera. Siempre profesional, siempre al pie del cañón.

Antes de que nos podamos sentar, comienzan las maldiciones. El piso de debajo de la librería es un lugar recogido, una sala llena de conocimientos, de pasión, sí, pero una excelsa jaula de Faraday que imposibilita el desarrollo eficiente de las comunicaciones interwebs. Nos ha tocado padecerlo a nosotros, es una lástima.
No importa, no pasa nada, si no se retransmite, se graba y mañana se emite. Aun con el dolor entre los dientes por un plan que no ha salido como se esperaba, procedemos.
Abren Juan y Rafael, cabezas visibles y buques insignia de nuestro cometido. Ellos empezaron 31 en sus albores y se han mantenido al frente contra viento y marea, desarrollando sus actividades lo mejor que la sociedad y las inclemencias de gente reticente les ha permitido hacer. Por qué somos 31, por qué de esa fecha, por qué de ese nombre. Cómo nacimos, qué fue lo que nos guió a dar esos primeros pasos, qué paso ese primer día que nos decidimos reunir, por entonces sin mascarillas.

El anfitrión de la velada, homónimo de nuestro vicepresidente, Rafa, incansable e impasible, dirige el acontecimiento de una forma amena y liviana, siendo maestro de ceremonias preciso y afable, compartiendo todos un momento único.
Prosiguen Lupe y Noe, la siguiente línea del mando del cuadro. Constantes, infatigables, prestas siempre a sostener sobre sus hombros el peso que recae cuando todo lo demás parece fallar. No somos de piedra, no somos invencibles, pero siempre podemos contar con ellas para volver a mirar al cielo, poder volver a entonar el credo, para dar siempre y llegar un paso más allá. De sus bocas, agradecimientos y relación de todos los colaboradores que han hecho posible que el proyecto esté en éste punto tan dulce, así como qué hizo tan grande el nombre de fecha tan importante. Gembloux es un lugar que jamás se borrará de los anales de la historia, jamás desaparecerá de nuestra memoria.

Por último, pero no por ello menos importantes, los jóvenes espadas. Talento, energía, genialidad y locura al servicio de las más altas ocasiones que vieron los tiempos pasados. Roberto, un servidor y Ángel, despachando como mejor sabemos el qué hemos hecho, cómo formar parte de esto y qué queda por hacer. Uno pensaría que el recorrido ha sido breve y la meta es muy cercana, que somos ya demasiados como para que esto sea viable…nada más lejos de la realidad. Juntos acumulamos años de experiencia haciendo llegar al gran público qué es eso que llaman historia. Por muchos que seamos, nunca se suman los suficientes, siempre cabe un hermano más, un compañero más, una boca dispuesta hablar, una mano dispuesta a colaborar. Y qué decir de la perspectiva a futuro, dónde sólo el altísimo en su trono será capaz de ponerle fin a nuestros proyectos, nuestros objetivos, nuestra próxima realidad.

Cerramos esa presentación, con nuevos aplausos, nuevos vítores, en la compañía y cercanía de un hogar cálido en el que siempre tenemos sitio en la mesa. Brindamos, por el excelso trabajo realizado. Brindamos por todo lo que se hará. Brindamos por todo lo que somos, y por aquellos que nos acompañan en ésta aventura.
Ha sido una semana intensa, y va a llegar a su fin con el estallido final, con el cierre de la fiesta que para nosotros es recordar a los que ya no están pero cuyos valores y legado atesoramos.
Se apaga la cámara, se cierran las puertas y de nuevo, nos recibe un cielo negro de una fría noche en Madrid. Sonreímos a través de la tela. Muchos somos, pero más están por llegar.
No queda sino batirnos, no queda sino luchar.
Por los nuestros, por la historia, por los Tercios.

Vuelve a disfrutar de la jornada gracias a nuestros amigos de Divulgadores del Misterio:
