Álvaro González Díaz

Tal día como hoy, un 18 de julio de 1539 se iniciaba una épica y bellísima batalla en Castelnuovo, donde los Tercios Españoles hicieron gala de su valentía y coraje. Castelnuovo supuso una derrota para los españoles pero debido al derroche de valentía y a la resistencia que estos pusieron y empeñaron no se sabe hasta qué punto vencieron los enemigos. Era el año de 1539 y Europa estaba amenazada nuevamente por los enemigos de la fe, y nuevamente el emperador Carlos V llamó a la mejor infantería para defenderla, a los cuerpos de elite, a sus tercios.

De las innumerables batallas de los Tercios esta quizá sea una de las más impresionantes. Así concluye el soneto de Cetina, donde se alaba la acción de los españoles: (…) sino para probar que la memoria de la dichosa muerte que alcanzaste, envidiar se debe más que la victoria.

LA BATALLA

En Julio de 1539 el Tercio Viejo de Sarmiento defiende la ciudad de Castelnuovo, por orden de Carlos V, ya que el Imperio Otomano se ha propuesto recuperar dicha ciudad (punto estratégico entre Viena y Estambul que supone una vía segura, y un punto estratégico, para el control del Mar Mediterráneo).

El 18 de Julio de 1539 hace aparición la flota de Barbarroja con más de 20.000 hombres, de los cuales unos 4.000 eran los jenízaros (la fuerza de elite otomana). Además, para asegurar un cerco completo de la ciudad, por el norte aparecía otro ejército de unos 30.000 hombres comandados por Ulamen.

Castelnuovo se encontraba bloqueada, por tierra y mar, por unos 50.000 otomanos.

Por otro lado, el Tercio Viejo de Sarmiento era el que tenía la difícil misión de defender la ciudad con unos 3.500 hombres.

Es decir, los españoles, en clara inferioridad numérica, con 3.500 hombres deben hacer frente a una fuerza total de unos 50.000 otomanos.

Durante la primera semana, tras la llegada de los otomanos, ambos ejércitos se dedican a la construcción de trincheras y a mejorar las defensas.

 Los turcos, además, se apresuran a emplazar la artillería, mientras los españoles arriesgan su vida en realizar varias escapadas (encamisadas) hacia el campamento otomano para, de este modo, entorpecer las labores del enemigo. En una de estas salidas, unos 800 españoles sorprenden al cuerpo jenízaro dejando la zona sembrada de cientos de cadáveres.

El 23 de julio, Barbarroja decide realizar una oferta honrosa para la rendición de los españoles y de este modo no precipitarse a una incierta batalla. Ya tenía la artillería a sus hombres desplegados frente a los muros de Castelnuovo. “El tercio tendrá vía libre hasta Italia”. Así sonaban las palabras que el mensajero de Barbarroja llevó hacia aquellos españoles. La respuesta fue clara por parte de los españoles, que sin esperanza de recibir refuerzos contestaron “que vuestras mercedes viniesen cuando quisiesen”.

Tras ello, los otomanos comienzan el asedio de la ciudad. Durante los primeros días de combate los otomanos ya habían perdido a 6.000 hombres, los españoles solo a 100. El 26 de julio los españoles realizaron otra encamisada nocturna, adentrándose en campamento enemigo. Apenas 600 hombres siembran el pánico en el campamento otomano y Barbarroja tuvo que ser trasladado a las galeras que estaban atracadas en la costa.

En agosto, apenas quedaban muros en pie, sin embargo Castelnuovo seguía sin caer. El 4 de agosto se inicia el asalto de la ciudad. Por la noche las ruinas eran prácticamente otomanas. A pesar de ello, los españoles no contemplaban la rendición y entre los escombros resistían ante la sorpresa de los otomanos. El día siguiente Barbarroja empeña todo su potencial para tomar de manera definitiva la ciudad. Se produce un ataque masivo. Este día solamente pudieron derribar una torre de la muralla, o lo poco que quedaba de ella. Para desgracia otomana los españoles seguían sin rendirse.

El 6 de agosto la lluvia, a causa de una fuerte tormenta, inhabilitó la pólvora. Mientras los españoles sonreían mirando a la muerte, los otomanos dudaban. Recordemos que, al no haber pólvora, las armas de fuego no funcionaban, siendo los españoles expertos en el combate cuerpo a cuerpo. Se combatió con pica y espada en mano.

El 7 de agosto, la ciudad ya sin murallas, los españoles que quedaban, apenas 600 hombres, seguían resistiendo. Venderían cara su piel. En este preciso instante se lanzaron contra todo el ejército otomano. El balance era sobrecogedor, 200 españoles quedaban con vida mientras que los otomanos habían perdido, según las fuentes, unos 25.000 hombres. Barbarroja ejecutó a la mitad de los españoles lleno de furia ante las noticias de las bajas. La otra mitad acabó en Constantinopla como esclavos.

CONSECUENCIAS

Finalmente Castelnuovo cayó en manos otomanas, amenazando directamente a Europa y al Mediterráneo. Tras ello, el avance otomano fue imparable en el Mediterráneo sucediéndose muchas batallas como Argel, Trípoli, Bugía, Chipre, La Goleta…. Sin embargo, no será hasta la batalla de Lepanto cuando finalmente se decante la balanza del lado cristiano.

La amenaza otomana obligó a crear una “Santa Alianza” para la defensa de la Cristiandad, de Europa.

Castelnuovo deja de manifiesto que Europa era un constante campo de batalla en el cual el emperador tenía que hacer frente a muchas amenazas, de ahí la falta de refuerzos para Castelnuovo. Pero también deja de manifiesto el coraje y la heroicidad de los españoles, quienes hacían gala del honor y del valor, así como de la disciplina. 3.500 hombres del Tercio de Sarmiento plantaron cara a 50.000 otomanos demostrando que la mejor infantería de aquellos campos de batalla era la española, los Tercios. Pronto toda Europa sabría de primera mano que era aquello del “tercio”, si no lo sabían ya.

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